Monte de San Blas

Se trata de una elevación de origen magmentaria que emerge en medio de un paisaje de dunas cubierto por el pinar de Leiria, considerada, por lo tanto, una “isla” de flora mediterránea, que destaca sobre el pino marítimo dominante en la región.

Es el faro de los navegantes, que lo ven desde más de 35 km de distancia, todo vestido de vegetación verde-negra hasta la cima.

Su interés histórico-religioso y natural es innegable. Su conexión con la Leyenda de la Virgen de Nazaré se reconoce en la doble nomenclatura (San Blas y San Bartolomé), derivada de las reliquias de estos santos traídas por él Rey D. Rodrigo y Fraile Romano.

En la cumbre, a 156 metros de altitud, accesible por escaleras, la grandiosidad del panorama sorprende y encanta. Aquí se encuentra la caseta del vigía y una pequeña capilla, que consta de una pequeña nave central, un altar mayor y una pequeña sacristía.

El Monte merece una visita atenta. La vegetación es variada, testimonio de antiguas asociaciones florísticas ricas en elementos mediterráneos. Entre las especies vegetales predominantes se encuentran la coscoja (quercus coccifera), el madroño (arbustus unedo) y el aderno (Hebernia Excelsa). En la avifauna se puede admirar el cernícalo vulgar y el águila ratonera.

También es el lugar de una romería centenaria a San Blas, cada 3 de febrero, en una festividad religiosa y profana que marca el inicio de las celebraciones del Carnaval. Es, además, un lugar privilegiado para la práctica de Birdwatching (observación de aves).