La pequeña ciudad de Nazaré consta de 3 importantes núcleos de población: Praia, Sítio y Pederneira, y el pueblo de Fanhais.
El nombre Nazaré se atribuye, desde 1912, al conjunto urbano formado por los cascos históricos de Praia, Sítio y Pederneira, con diferentes orígenes cronológicos y comunitarios, y que se encuentran interconectados urbanísticamente.
Esta conexión proviene de su expansión natural, pero sobre todo, más recientemente, de la creación de nuevos centros residenciales, como Urbisol, Rio Novo y Nova Nazaré.
Tierra de pescadores desde el siglo XII, antiguamente era llamada Seno Petronero, que significa golfo de Pederneira. En esa época se situaba más para el interior y era la pesca en el golfo la principal actividad de las gentes. La población se desarrolló en fines del siglo XV con la llegada de los pescadores del puerto de Paredes destruido por las arenas marítimas. Fue uno de los más importantes puertos de mar de los cotos del monasterio de Alcobaça.
En la época de oro de los descubrimientos portugueses – siglos XV y XVI – fue uno de los astilleros navales más activos del reino, de donde salieran muchas embarcaciones y carabelas. Por el puerto de Pederneira salían las mercancías y las maderas del Pinar del Rey para la capital y otras tierras. De la populación de pescadores salieron algunos marineros para la Ruta de las Indias.
El desarrollo del Sítio y el progresivo retiro del mar debido al aluvión de las arenas del golfo, y el aparecimiento de la nueva playa, fueran responsables por la decadencia de Pederneira, en los fines de setecientos. Ni mismo la llegada de nuevos pescadores venidos de la región de la Ría de Aveiro fue suficiente para darle vida. Despacio sus habitantes se cambiaran para la nueva ensenada.
Hoy Pederneira es uno de los núcleos poblacionales de la ciudad, sosegada y agradable, es también el mirador atento del mar y del caserío de la Playa, guardiana de las memorias del pasado.
La playa de Nazaré es de origen relativamente reciente. El mar ocupaba hasta el siglo XVII casi toda el área del actual caserío. Las rápidas transformaciones geológicas ocurridas en ese siglo provocaron el retroceso del mar y el aluvión del área, dejando al descubierto la hermosa ensenada.
Las primeras referencias sobre la pesca en Nazaré datan de 1643, sin embargo, sólo a principios del ochocientos la populación empezó a vivir en la nueva playa. Hasta entonces los pescadores vivían, sobretodo, en las partes altas – Sítio y Pederneira – una vez que los constantes ataques de los piratas argelinos y holandeses hacían del arenal de la playa un local poco seguro para vivir.
Nazaré empezó a ser conocida y solicitada como playa de baños en mediados del siglo XIX. Su belleza natural y sus características tradicionales siempre atrajeron a los visitantes. La pesca, la transformación del pescado y su venta han sido las principales actividades de la populación durante casi todo el siglo XX.
Las difíciles condiciones de vida del mar y sus peligros constantes han empujado muchos pescadores a buscarse una nueva y mejor vida lejos de su ciudad. La construcción del Puerto Pesquero y de Recreo, en los años de 1980, ha cambiado y mejorado la vida de los pescadores, iniciando así una nueva fase en el cotidiano de la populación. En los años de 1960 el Turismo descubrió el encanto de esta playa y la ciudad empezó a ser conocida en todo el mundo.
Todos los años Nazaré es visitada por miles de turistas nacionales e internacionales, siendo hoy una población moderna y siempre animada. Pasearse por sus calles estrechas y perpendiculares al mar es descubrir una manera de vivir aún autentica y peculiar, donde las sorpresas acechan en cada esquina. Belleza, memorias, carisma y tradiciones hacen de Nazaré la más inolvidable playa portuguesa.
El Sítio, en la cumbre del Promontório, a 110 metros de altitud, se abre a uno de los panoramas marítimos más bellos de Portugal.
Génesis del nombre del pueblo, un lugar de milagro, culto y peregrinaje desde al menos el siglo XIV, el Sítio se desarrolló como pueblo solo a mediados del siglo XVII debido al difícil acceso, habiendo crecido considerablemente durante el siglo siguiente.
La instalación de un ascensor mecánico haciendo la ligación entre la Playa y el Sítio, en 1889, proporcionó un nuevo progreso a la población, ya mucho visitada por peregrinos y romeros.
El interés histórico-religioso y la incomparable belleza natural son los principales atractivos del Sítio de Nazaré. El largo promontorio que custodia y protege la playa tiene en su extremo el Fuerte de San Miguel Arcángel. El Sítio de nuestros días conoce nuevas peregrinaciones, entre octubre y marzo, de todos los amantes y curiosos por ver las Más Grandes Olas del Mundo.
El municipio de Nazaré consta de 3 parroquias: Nazaré, Valado dos Frades y Famalicão, tiene una superficie de 82,5 km2, unos 15 000 habitantes y una de las playas más famosas de la costa portuguesa.
La mayor parte del área del municipio está formada por terrenos planos y arenosos, notándose en los campos de Valado, cerca de los cursos de los ríos, algunas manchas originadas en viejs limos que se formaron tras el retroceso del mar. A poca profundidad se encuentra arena gruesa y limpia.
Al norte del Municipio el terreno es constituido por dunas cubiertas de pinos, con algunas bajas cultivadas y productivas. Toda la cultura hortícola tiene un gran desarrollo, sobre todo en los campos de Valado, muy fértiles y donde queda una verdadera tradición de los frailes del Monasterio de Alcobaça.
La pesca absorbió la mayoría de las actividades humanas, tanto la pesca costera como la de altura.
En la actualidad, aunque la actividad pesquera y agrícola se mantiene en la municipalidad, la actividad turística ha ido acaparando gran parte de los recursos humanos del municipio.
Parroquia de Nazaré, Famalicão está a solo 8 km de la ciudad. Al pie de la Sierra de Pescaria y rodeado de campos fértiles, el pueblo, con una superficie de 21,8 km2 y unos 1.700 habitantes, está atravesado por la línea de ferrocarril del Oeste (CP).
De naturaleza esencialmente rural y agrícola, Famalicão tiene su asentamiento vinculado a los habitantes de Paredes da Vitória, quienes a principios del siglo XVI vinieron a establecerse aquí, trayendo consigo el culto a Nuestra Señora de la Victoria, que provocó fricciones entre nuevos y antiguos residentes. En ese momento, el pueblo se dividió en Famalicão de Baixo, que pertenecía a Alfeizerão, y Famalicão de Cima, que pertenecía a Pederneira, y al que acudían los habitantes de Paredes.
Hasta el siglo XVIII esta división se mantuvo, cuando el conflicto entre ambos fue “ganado” por Famalicão de Cima, unificándose en un solo pueblo, que comenzó a crecer como parroquia, bajo la protección de su patrona – Nuestra Señora de la Victoria: que se celebra todos los años en agosto.
Al igual que Pederneira, Famalicão también formó parte de los dominios cistercienses, habiendo sido vicario del Monasterio de Alcobaça, convirtiéndose luego en priorato.
Actualmente, Famalicão es un pueblo en continuo desarrollo, cuya base económica es la agricultura y la producción de frutas, siendo la industria de fibras de madera y cerámica un polo de crecimiento en la parroquia.
La belleza aún por descubrir de la Sierra de Pescaria y de la Playa de Salgado son un activo para la tierra y un lugar turístico por conocer, especialmente para los amantes de la pesca deportiva, la naturaleza y el senderismo.
Pueblo situado a 6 km de Nazaré, junto a la vía férrea del Oeste y al acceso a la autopista A8, es la segunda parroquia más grande del municipio, con unos 3.100 habitantes, repartidos en 18,37 km2.
Los hallazgos arqueológicos atestiguan la ocupación romana de la zona; sin embargo, el poblamiento del pueblo parece haber comenzado realmente en el siglo XIII, con el drenaje de Paúl da Cela (pantano) a petición del rey D. Dinis.
Valado pertenecía a Pederneira, por lo que estaba dentro de las tierras de los Coutos de Alcobaça, por lo que fue poblada y desarrollada por los monjes cistercienses.
El origen del nombre Valado deriva de “velado” o “velar”, ya que había un monje encargado de velar por los campos pertenecientes al Monasterio, según opinión de algunos estudiosos; según otros, el topónimo deriva de “vallo” o “vallu”, palabra latina que puede significar tanto defensa como obra de regadío o división de tierras.
La presencia de los frailes dejó marcas visibles en el pueblo, además del nombre del lugar. Fueron los cistercienses los principales impulsores de drenar los campos (antiguos pantanos y ciénagas, dejados por el retroceso del mar, que antaño cubría la comarca), y adaptarlos a la agricultura. Aquí instalaron una de las 10 fincas agrícolas de los Coutos, en la que fundaron, en el siglo XIV, una “Escuela de Ingeniería Hidráulica y Agrícola”, en Quinta do Campo - hoy transformada en una hermosa unidad de Turismo en una Casa Solariega.
El Valado actual es un pueblo dinámico, donde la agricultura intensiva de minifundio es la base económica de la población, siendo la industria de la cerámica, la porcelana y la loza (utilitaria y decorativa) el otro gran polo de desarrollo de la parroquia. La instalación de un Área de Localización de Empresas dio un nuevo impulso económico a la localidad, creando al mismo tiempo varios puestos de trabajo.
Deportivo y socialmente muy activo, el pueblo cuenta con la infraestructura necesaria para la práctica de varios deportes: hockey sobre patines; Patinaje; baloncesto y fútbol sala. Las asociaciones culturales y recreativas juegan un papel importante en la vida de los habitantes de Valado.